Las bodas en Alía eran de un tipismo algo excepcional, y de un gran colorido. Unos días antes de la celebración del enlace el novio celebraba la despedida de su soltería, la novia no lo hacía.
Los novios nombraban a una serie de amigos encargados de hacer el recuento del ajuar de cada uno de los contrayentes, haciendo un inventario detallado. Los representantes del novio eran los dos achantes y las de la novia, las dos amallas, estos tenían que ser solteros.
Después iban la madrina, los achantes y las amallas a por la novia para acompañarla hasta la Iglesia. Después de la ceremonia se iba a casa de los novios. Allí se comía: los achantes, las amallas y la madrina y los novios DOS CONEJOS CON TOMATE.
El día antes de la boda se echaban las músicas a la novia:
Al mediodía volvían a recoger a las mozas para llevarlas a la comida. Después la gente se volvía a recoger hasta la hora del baile.
En el baile se bailaba la manzana: Se hacía el baile en la plaza, cuando se bailaba la manzana se hacía un corro alrededor. El primero que daba la manzana era el novio, y bailaba con la novia con una manzana pinchá en el tenedor, y encima de ésta estaba el billete. Después seguían los padres del novio y de la novia, y después los invitados.
Al acabar el baile de la plaza, se iban al baile del salón a esperar la hora de la cena. Todo este ir y venir a buscar a los contrayentes se amenizaba con la música.