Las Villuercas son también el corazón de un rico y variado ecosistema formado por bosques de alcornoques, robles y castaños en los que vive la última población de corzos extremeños que se extiende hasta Cijara, y cigüeñas negras, buitres leonados, halcones peregrinos, venados y nutrias, junto a sus ríos trucheros. Las Villuercas y sus pueblos configuran un excepcional ejemplo de conservación del bosque y el matorral mediterráneo que ha sobrevivido casi intacto gracias a la débil presión demográfica y la pobreza agrícola de la zona. A la vez es un nudo hidrográfico en el que se encuentran aguas que vierten a los grandes ríos extremeños, el Tajo y el Guadiana.
Todas estas circunstancias, su abundante caza, su belleza agreste y su ambiente intacto, han convertido a estas sierras en objeto de atención por parte de colectivos conservacionistas que trabajan por conseguir para las Villuercas la declaración de Parque Natural. De conseguirse esta distinción, se aseguraría para el futuro este corredor natural para la fauna, que comunicaría con Monfragüe. Sin duda todo un desafío para los años venideros.